jueves, 28 de julio de 2011

Un balance entre dos veranos


En junio de 2011, levantamos el telón y presentamos el libro La Escombrera.

Agitamos correos y se fue poblando este blog, aún tímidamente, con granos de cacao, los pasos de un felino, un poema que mira al futuro y algunos deseos…

Desde mi ventana, sobre todo, se ve el verano. Calor sobre el asfalto y en el aire.

Pienso que somos animales, y como tales, los ciclos naturales nos condicionan. Reflexiono sobre el cansancio actual y me cae un calendario transcurrido sobre los hombros. Reconozco que quería haber contado como fue todo… pero me faltaron las fuerzas. Busco explicaciones o excusas, y escribo una disculpa en el blog de La República de la Imaginación.

Me dejo llevar por la nostalgia y pienso en los meses de junio y julio de 2010, cuando decidimos que podíamos sacar adelante un libro con los textos de todos. Y nos dimos el verano para trabajar…

Mi maleta del verano pasado iba llena de apuntes y libretas… Mi maleta para este verano es aún un interrogante. No obstante, no faltan los planes ni las expectativas, ni las ganas de seguir creciendo.

Desde estas líneas, comparto con vosotros mis deseos de un tiempo para mirar al cielo cuando caiga el sol. Un tiempo para leer ese libro pendiente. Un tiempo para caminar descalzos y sentir la piel. Un tiempo para el reencuentro con quien somos.

Hasta la vuelta.

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